El cannabis cuenta con más de 100 compuestos a los cuales llamamos cannabinoides. Entre estos los que se encuentran en mayor concentración son el CBD (cannabidiol) y el THC (tetrahidrocannabinol). Aunque si bien ambos son cannabinoides, tienen efectos muy diferentes en el cuerpo humano, debido a sus diversas capacidades de interactuar con los receptores de cannabinoides presentes en el sistema endocannabinoide de nuestro cuerpo.

El THC o tetrahidrocannabinol, es el principal psicoactivo presente en la marihuana y es responsable de los efectos “high” asociados con el consumo de psicofármacos. Este compuesto se une a los receptores CB1 presentes en nuestro sistema nervioso central, causando efectos psicoactivos como el aumento del apetito, la relajación, la alteración de la percepción del tiempo y el aumento de la sociabilidad. Por otro lado, el CBD o Cannabidiol, no tiene efectos psicoactivos y se ha utilizado principalmente para tratar una gran variedad de afecciones, como el dolor crónico, la ansiedad y el insomnio entre otros, debido a su capacidad de modulación de la respuesta inflamatoria.

Ahora, en términos de legalidad, el THC sigue siendo ilegal en la mayoría de países, mientras que el CBD a logrado obtener su legalidad en muchos lugares debido a su naturaleza no psicoactiva. Sin embargo, esta situación está cambiando rápidamente en muchos lugares, entre ellos varios estados de EE. UU. y países como Canadá, Uruguay y Sudáfrica, legalizando el uso recreativo y medicinal del cannabis.

En cuanto a los beneficios conocidos para la salud, el CBD se ha demostrado ser de ayuda en la reducción de múltiples malestares, como varios estudios clínicos han demostrado. El THC también se ha utilizado para tratar el dolor y la náusea primordialmente en pacientes con cáncer, pero su uso está generalmente limitado debido a su alto potencial adictivo y a los efectos psicoactivos que produce.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es la interacción entre el CBD y el THC. Aunque se consideran compuestos diferentes, en realidad trabajan mejor juntos en lo que se conoce como el “efecto séquito” haciendo referencia a la gran sinergia que tienen estos cannabinoides. Esto significa que cuando se consumen juntos, el CBD puede ayudar a moderar los efectos psicoactivos del THC, lo que resulta en una experiencia más equilibrada y menos intensa. De hecho, algunos estudios sugieren que el CBD puede incluso mejorar la eficacia terapéutica del THC en ciertos casos, aunque se necesita más investigación para entender completamente esta interacción.

En conclusión, la elección entre el CBD y el THC dependerá de las necesidades y preferencias personales. Si lo que se busca es tratar una afección médica específica, o como una forma de reducir la ansiedad o el dolor crónico, el CBD podría ser una opción segura y legal.