Para entender el impacto y la acogida que ha recibido en los últimos años el CBD dentro del campo terapéutico y cosmético, es necesario y de manera primordial, conocer su historia y quien es la persona a la que se atribuye su descubrimiento, al igual que las razones que motivaron este trabajo de investigación.

A pesar de que el uso del Cannabis se considera algo medianamente moderno, se presume que su uso viene desde la antigüedad, desde hace casi 2000 años, pues evidencia señala que restos de THC (tetrahidrocannabinol) fueron hallados entre cenizas que datan del 500 a.C.; incluso desde ese entonces, el cannabis ha recorrido todo el mundo y variedad de culturas. Prueba de ello, es el cáñamo, que es la fibra que se obtiene de esta planta, y ha sido empleada en la elaboración de papeles y cuerdas, y que ha sido encontrado en vestigios de artículos de uso común en Turkestán y China.

Y aunque si bien el manejo y usos dados al cannabis datan de hace ya bastante tiempo y en diversas partes del mundo, el “descubrimiento” e identificación de sus cannabinoides es más bien reciente, pues no es sino hasta 1940, cuando se logra aislar y extraer por primera vez el CBD de la planta Cannabis Sativa, a manos del químico estadounidense Roger Adams. Pero no es sino hasta 1960, cuando el químico orgánico y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Raphael Mechoulam, logra develar y establecer la estructura molecular de este cannabinoide, y publica un artículo bajo el título “The Estructure of Cannabidiol” (La estructura del Cannabidiol)[1], articulo por el que se le denomina como aquel que descubrió este componente, sumando que años más tarde en un nuevo avance científico logró establecer que el CBD podría ser un factor clave en el tratamiento de la epilepsia desde su uso terapéutico.

Tras dicho descubrimiento para el área de la farmacología, se dio inicio a una era nueva, en la que se empezaron a desarrollar nuevas investigaciones en torno a las reacciones, propiedades, beneficios y efectos que este componente tendría sobre el cuerpo humano, llevando entonces a hallazgos como el del sistema endocannabinoide, que no solo tiene relación con la composición química de la planta de cannabis, sino que también resulto en la revelación de que el cuerpo humano posee receptores capaces de enlazarse con dichos componentes cannábicos.

[1] Mechoulam, R. and Shvo, Y. (1963) Haschich. I. The Structure of Cannabidiol. Tetrahedron, 19, 2073-2078.
https://doi.org/10.1016/0040-4020(63)85022-X